La exposición en estudio no tiene nada que ver con la que hacemos en exteriores y es fundamentalmente por la iluminación y como sea está. En estudio podemos controlar la iluminación con exactitud y no será lo mismo utilizar fuentes de luz fija o flashes. La luz fija es lo más similar a la luz ambiente en exteriores, salvo por la Ley Inversa del Cuadrado de la Distancia, claro.
Cuando usamos flashes por el contrario, no vemos la iluminación ya que el destello es muy corto y dependeremos de la interpretación que hagamos de las luces de modelado. Las luces de modelado son luces fijas de tungsteno o halógenas montadas en el centro del anillo del flash y que nos permiten ver donde, a groso modo, estarán las luces y las sombras cuando se produzca el destello… Saber leer las luces de modelado correctamente, nos aportará la información necesaria para que la sesión no se convierta en un prueba y error en la gestión de la iluminación.
Al margen de eso, deberemos medir la iluminación sólo en términos de apertura ya que la velocidad de obturación carece de efecto por la duración del destello (es muy corta y está normalmente entre 1/400s y 1/1600s en los flashes de estudio compactos, y hasta 1/12.000s con los flashes de estudio con generador), muy por encima de la velocidad de sincronización. La velocidad de obturación, por lo tanto, sólo captaría la luz ambiente que tengamos en el estudio, que debería ser tan baja que no afecta a la exposición.
Para evitar que exista luz ambiente que nos perjudique, debemos asegurarnos que en el estudio no tenemos otras fuentes que no controlamos, como por ejemplo la luz del Sol. La iluminación ambiente del estudio difícilmente afecta a la exposición (iluminación normal en cualquier habitación), pero lo ideal es hacer una comprobación con el fotómetro de mano para saber a cuantos pasos de obturación se encuentra a una apertura dada por el flash (en otro artículo explicaré como usar un fotómetro o flashimetro en estudio)… Si el número de pasos excede el rango dinámico de nuestra cámara no corremos ningún riesgo.
Una habitación iluminada con bombillas de tungsteno o fluorescentes nos dará algo así: f8, 4” ó 8” a ISO 100, así que si trabajamos por ejemplo a 1/200s ó 1/250s tendremos que hay más de 10 pasos de diferencia entre la luz ambiente y el destello del flash (con la misma apertura e ISO, claro)… Como normalmente la luz de modelado se desconecta durante el destello, tampoco nos afectará en la exposición (en algunos flashes muy económicos no es así, pero son bombillas de 100w más o menos, así que mucha luz no dan).
Resumiendo, una fotografía con flash de estudio a 1/60s tendrá la misma exposición que una a 1/250s (hay dos pasos) y como hemos visto la luz ambiente esta 10 pasos por debajo. Lo recomendable entonces en estudio es utilizar la velocidad de obturación de sincronización que marca el fabricante, que suele ser 1/200s o 1/250s (aunque recomiendo estar por debajo de la misma para evitar que cualquier fallo nos deje visible la entrada de la segunda cortinilla del obturador en las fotografías), para evitar que la luz ambiente (mor muy intensa que sea) influya en la exposición, ya que está queda muy lejos usando aperturas medias, entre f5.6 y f11. Si queremos utilizar aperturas mayores deberemos ser más precisos en la medición de la luz ambiente, aunque bajando a f2.8 (abriendo) siguen habiendo 7 pasos de diferencia y su afectación será mínima (dependiendo del rango dinámico de la cámara, pero son muchos pasos de diferencia todavía). Si la diferencia es menor, podría darnos dobles perfiles (sensación de trepidación), uno por el flash y otro por la luz ambiente.
La ventaja del estudio es el control que tenemos sobre la iluminación, y por lo tanto la exposición se simplifica mucho si sabemos manejarla. La principal ventaja es que es estable, cosa que no pasa con la luz del Sol que va variando durante el día, tanto en direccionalidad, ángulo, intensidad, tono y temperatura de color.
En estudio y en términos generales siempre tenemos una fuente de iluminación principal (la más intensa) que se denomina luz principal o clave y es bajo la que deberemos establecer la medición que utilizaremos en la cámara (o tendremos el riesgo de sobre exponer… ya hablaré en otro artículo de la suma de luces), mientras que las demás se denominan luces de relleno, de contorno (perfil), efecto o de fondo dependiendo de su función y posición con respecto al modelo.
¿Qué son los Ratios?
Las diferencias de potencia con respecto a la luz clave se miden en ratios, por ejemplo la luz principal tiene un intensidad determinada, así que, si por ejemplo la de relleno tiene un ratio 1:2 quiere decir que la segunda esta un punto por debajo de la luz clave. Si está a dos puntos tendrá un ratio de 1:4, si hay 3 puntos un ratio de 1:8… y así sucesivamente…
Recordemos que cuando hablamos de puntos, hablamos de pasos y un paso menos es la mitad de la luz que su precedente.
Hablar de la iluminación en términos de ratios es muy útil cuando preparamos un esquema de iluminación, ya que no estamos hablando en términos de potencia, sino de diferencias entre las fuentes de iluminación con respecto a la luz clave, con lo que una vez asignemos la potencia de la luz clave ya sabremos que potencia asignar al resto de fuentes de luz cuando pongamos en práctica el esquema, pero un esquema que no tenga en cuenta el tamaño de la fuente o la distancia no es válido… hay que recordar que el ratio no lo marca linealmente la potencia del flash, ya que la distancia y el tamaño de la fuente es un factor determinante: Ley Inversa del Cuadrado de la Distancia..
Así que para determinar la potencia es imprescindible el uso de un fotómetro de mano que registe luz incidida y que sincronice la medición con los flashes de estudio.
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