Un reflector de mano es un plato o lámina que se utiliza para dirigir la luz. Se utiliza tanto en exteriores como en estudio.
Los más conocidos son blanco, plata, dorado o combinaciones como el Sunlight que está formado por franjas plata y doradas o por un tono intermedio que dan como resultado un reflejo que imita el matiz de la luz del Sol. En estudio al margen de los de mano (plegables) es muy frecuente el uso de láminas de poliestireno expandido, la ventaja es que su coste es bajo y se pueden fabricar cajas de reflexión con este material para hacer iluminación envolvente.
La luz que rebota en un reflector puede utilizarse como luz de relleno fácilmente (hay que tener en cuenta la ley inversa del cuadrado, y por lo tanto la distancia es determinante, tanto como su tamaño). El uso es sencillo, hay que tener solo en cuenta que la luz que rebota en un reflector regresa en el mismo ángulo en el esta incide sobre él, por ejemplo, si la luz incide a 45º, es reflejada a 45º.
Podemos encontrar reflectores de mano plegables de varios tamaños, desde 30cm hasta 2m, y de banco o soporte, de tamaños incluso mayores.
Un ejemplo (usando un reflector Blanco):
Dorado
Aumenta la temperatura del color hasta 500 Kelvin por encima de la luz origen. Son ideales para dar carácter. Aumenta el contraste y el detalle.
Dorado/Plata – SUNLIGHT
Ofrece el mismo aumento en el contraste y detalle que el Dorado pero con un efecto en la temperatura de color es menor.
Plata
Da un mayor contraste que los reflectores Dorado y Sunlight, incrementando más el detalle y los contornos, ofreciendo una temperatura de color neutra.
Blanco
Refleja la luz con menor contraste, atenuando los detalles y contornos del sujeto y ofreciendo una temperatura de color neutra.
Aunque no es un reflector, también tenemos el Translucido.
La tela neutra que reduce la intensidad de la luz en aproximadamente 1 paso, al tiempo que la atenúa la luz suavizándola y distribuyéndola. Muy util en dias soleados para suavizar y reducir la luz dura del Sol.
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