Técnica para Exponer a Luces Altas

Volver

Esta técnica de exponer a luces altas, consiste en aprovechar en la medida de lo posible las capacidades del archivo RAW y del sensor de nuestras cámaras, para así obtener el máximo de información de una imagen, que como ya sabemos está en luces altas con detalle. En este caso hay varias opiniones encontradas, sobre donde está el límite de esta técnica, así que explicare la menos agresiva y sencilla de implementar bajo mi punto de vista, y cada cual la use como crea más conveniente.

La técnica, consiste en lo siguiente, llevar un paso por encima la medición que tenemos indicada en las Zonas de Ansel Adams, pero teniendo en cuenta que en la escena nunca debe haber nada en la Zona siguiente si esta es la Zona VIII (o sobre expondremos perdiendo detalle en esa Zona).

Me explico, si por ejemplo queremos hacer una fotografía a una típica casa Ibicenca blanca encalada, donde el tono más claro es la propia pared y que recibe luz lateral del Sol cuando el día es soleado, de entrada sabemos, que la pared está en la Zona VII (del Sistema de Ansel Adams) y como he comentado, esa medición es la máxima de toda la escena.

Para exponer hacia luces altas, lo que haremos es llevar la Zona VII a la Zona VIII, en definitiva, exponer como si fuese la Zona VIII (que es la Zona máxima de luces altas con detalle). Esto nos obligará tener una apertura un paso mayor o una obturación un paso más lenta para hacerlo (pecata minuta en un elemento estático como una casa), pero el resultado será una imagen con más información. Luego en la tranquilidad del hogar, deberemos hacer niveles al post procesarla, para devolver la Zona a su lugar, restando -1 en la exposición del RAW. La ventaja es que al hacerlo así, tendremos una menor relación de ruido en las Zonas I, II y III (con ISO alto más evidente).

En estas situaciones es relativamente sencillo utilizar esta técnica, puesto que podemos asegurar, con cierta facilidad, que en nuestro encuadre no hay ninguna zona que esté por encima de la escogida (que sin medir se convertiría en un prueba y error poco recomendable).

Casos complejos

Cuando tengamos mediciones en otras zonas también es posible hacerlo (pero con riesgos), por ejemplo: Sabemos que la piel caucásica está en la Zona VI (o lo que es lo mismo, un paso por encima del Gris Neutro). Entonces podemos llevar la piel en teoría hasta la Zona VIII, dando como resultado una aparente pero extrema sobreexposición, y digo aparente porque el RAW nos permite corregir la exposición, devolviendo la piel a la Zona VI (bajando -2 la exposición al procesarla). Hasta aquí sería lo mismo que con la pared blanca, pero aquí es donde empiezan los problemas, por ejemplo: el blanco de los ojos y los dientes (están aproximadamente en la Zona VII y el brillo de la piel caucásica y nórdica al sol o la provocada por un Flash está en la Zona VIII). En este caso, aun teniendo una capacidad tremenda al manejar el RAW en cuanto a recuperar las zonas, nos encontraremos que hay partes de la cara que encontraremos en la Zona VIII (ojos y dientes) que no presentaran muchos problemas de recuperación, pero los brillos de la cara estarán en la zona IX, que no tiene detalle, como consecuencia, tendremos esas zonas quemadas (sobreexpuestas) y no las podremos recuperar.

Conclusión:

En definitiva, esta técnica es muy interesante y ofrece ventajas a tener en cuenta, pero debe usarse con suma cautela, evitando por un lado las situaciones complejas de iluminación (cambiante), tomas de acción (porque además puede comprometer la obturación u obligándonos a subir demasiado el ISO) y no debe usarse nunca si exponemos en JPEG. En definitiva, deberíamos usarla en paisajes con luz estable, ya que seremos capaces de valorar eficientemente la escena y tendremos tiempo para medir con calma.

Volver

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.